Imagina que entras a un bar y pides un café ¿Qué pensarías si te ponen una cuchara sopera para removerlo? ¿O cómo te quedarías si para tomarte una sopa te pusieran una cucharilla de café?
Con las depiladoras de luz pulsada ocurre lo mismo. Los distintos cabezales esconden varios beneficios. No son un adorno para encarecer el pecio. Están pensados para hacerte la vida más fácil.
Hay quien piensa (erróneamente) que un pelo es un pelo, y que da igual cómo sea y dónde esté. En el caso de la luz pulsada casera, no es así.
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Los cabezales sirven para tener más precisión
El primer beneficio, y no el más importante, es que los cabezales consiguen adaptar mejor el tamaño de la ventanilla al área a tratar. Igual que una llave encaja en una cerradura, los cabezales se adaptan a las zonas estrechas de la piel.
Piensa en el labio superior, en la zona del bikini o en lo que rodea los genitales.
No es práctico usar un cabezal muy ancho porque es muy difícil colocarlo en un espacio tan estrecho. El cabezal no se amolda bien, y tienes que hacer malabares para depilarte la zona.
Al ser muy grande, pierdes precisión. Es muy posible que solapes pulsos. Al tratar 2 veces una misma zona es muy fácil que esta se ponga roja. Imagina que eso te ocurre en el labio superior (!)
Suavizan el tratamiento cuando te depilas zonas como la cara (Philips Lumea)
El rostro es una de las zonas que además de sensible, está más expuesta.
Cuando te presentan a alguien, lo primero en lo que te fijas es en la cara. Dicen que la cara es el espejo del alma.
Lo último que quieres es aparecer con secuelas de la fotodepilación.
Es difícil que esto ocurra porque todas las depiladoras de luz pulsada deben cumplir unas normas muy estrictas. Son seguras.
Sin embargo, puede ocurrir que el tratamiento te resulte incómodo, y que cada vez que emitas un pulso de luz, notes un desagradable pinchazo.
Esto ocurre porque la piel es muy fina. En la cara, la piel es mucho más delgada que en una pierna, por ejemplo.
El problema no deriva (solo) de la potencia de la depiladora. Influye la profundidad a al que llegan los distintos rayos de luz emitidos cada vez que pulsas.
La luz pulsada tiene un espectro muy amplio. No es un rayo monocromático, sino que se emite un abanico de longitudes de onda. Algunas pueden llegar a profundizar. La forma de evitarlo es con un filtro UV.
No debes alarmarte, todas las depiladoras de luz pulsada, de la marca que sean, ya lo incorporan. Sin embargo, hay algunas que tienen una segunda capa de seguridad. Es el caso de Philips Lumea, que añade un filtro rojo a su accesorio facial para que el tratamiento sea más suave. Es el tercero empezando por la izquierda.
Mientras que, con algunas depiladoras tienes que bajar la intensidad (lo que perjudica la afectividad), con otras puedes usar los ajustes más altos porque tienen un filtro UV adicional.
Mejoran el resultado (en las zonas más difíciles de depilar con luz pulsada)
Si vas al Museo de la evolución Humana de Burgos (100% recomendable), verás que todos nuestros antepasados tenían todo el cuerpo recubierto de pelo. A nosotr@s ya solo nos queda en algunas zonas, como las axilas, la zona genital, y de manera mucho menos densa en el resto del cuerpo. En la cabeza, depende, aunque eso ahora no viene al caso.
¿Por qué tenemos pelo en las axilas o en la zona de los genitales? ¿Protección, retener feromonas?… la ciencia no lo sabe y hay diversas teorías.
La cuestión es que ese vello, ya sea axilar o de la zona genital, es más fuerte y denso. Puede que en un futuro desaparezca. De momento, hay que luchar contra la propia Naturaleza.
Al ser más fuerte, conviene que la depiladora sea muy potente. Algunas marcas, como Philips Lumea, tienen los accesorios calibrados con más energía para que tengas el mejor resultado.
Al colocar el respectivo cabezal se activa un programa específico para que el tratamiento resulte más cómodo y efectivo.
También tiene en cuenta la sensibilidad de la piel, puesto que tanto las axilas como la zona genital, son delicadas por naturaleza.
Philips Lumea tiene 3 gamas con los cabezales inteligentes:
- La nueva 9900 series (con funciones avanzadas en la aplicación)
- Philips Lumea S9000
- Philips lumea Prestige 8000 series (estas funcionan con cable)
Permiten ir más deprisa
En zonas como las piernas, lo que te interesa es poner el turbo. Son muchos los pulsos, y conviene un cabezal más grande para tardar menos.
Con un cabezal estándar de 3 cm2, necesitas más pulsos que con uno más ancho (4 cm2).
Tardas menos en depilarte. Puedes mantener un ritmo más alto, sin perder la concentración.
En el caso del hombre, que lo que se va a depilar son todo zonas amplias (espalda, pecho, piernas o brazos), es imprescindible que la depiladora tenga un cabezal ancho.
Hay depiladora que además son muy rápidas, como por ejemplo Braun Silk-Expert Pro 5. Con ella puedes ganar bastante tiempo libre.
Si estás pensando en comprar una depiladora de luz pulsada, espero que tengas en cuenta los accesorios que vas a necesitar. De ellos puede depender el resultado final.
Igual que no te tomas la sopa con un tenedor, no te puedes depilar algunas zonas con el mismo accesorio que se utiliza en el cuerpo.
Y recuerda que la Naturaleza sigue pensando que hay zonas donde el pelo debe seguir creciendo. Por eso no se pueden depilar igual que las piernas.
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